ACTIVIDAD: VISITA GUIADA A EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
TÍTULO: WILLIAM EGGLESTON. El misteri de la quotidianitat
LUGAR: KBr FUNDACIÓ MAPFRE
Av. Litoral, 30. 08005 Barcelona.
Tfn: 93.272.31.80

¿CÓMO LLEGAR? Metro: L4 i L1. Bus: 59-136-V21-H16-47-V23
FECHA: dijous 23 de novembre de 2023.
HORA: 19:00
PUNTO DE ENCUENTRO: EN LA PUERTA de la Fundació a las 18:45 horas.
PRECIO: ACTIVITAT GRATUITA. SOCIOS

LÍMITE: 24 ASISTENTES,

INSCRIPCIÓN: PLAY OFF

DECRIPCIÓN DE LA ACTIVIDAD

William Eggleston (Memphis, Tennessee, 1939) es considerado hoy en día como una leyenda viva de la fotografía. Criado por su madre y sus abuelos, pues su padre falleció cuando era muy pequeño, comenzó a tomar fotografías cuando era joven. Heredero de una familia dedicada al cultivo de algodón, creció en un área de manglares, pantanos y lagos, con grandes superficies de plantaciones salpicadas por pequeños núcleos urbanos y complicados trazados de carreteras comarcales. Una zona de Estados Unidos, la del sur, que en los años de formación de Eggleston, la década de 1960, todavía mantenía vivas las cicatrices de un pasado esclavista y estaba dividida por intensos conflictos racistas, con una clase media emergente que se transformaba con la nueva sociedad de consumo.

En 1957 el fotógrafo inició sus estudios en la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, y dos años después se trasladó a la de Misisipi. A partir de 1965 empezó a fotografiar en color. Entre 1973 y 1974, mientras impartía clases en la Universidad de Harvard, descubrió el sistema de transferencia de tintas (dye transfer), que le permitió conseguir niveles de saturación de color que eran inalcanzables con cualquier otro método. En 1976 John Szarkowski, conservador de fotografía del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, organizó una exposición de carácter individual con obras del artista, convirtiéndolo en el primer
fotógrafo en exponer imágenes en color en las paredes de un museo.

Junto a Garry Winogrand o Lee Friedlander, entre otros, Eggleston forma parte de una generación de autores que durante los años setenta liberaron a la fotografía de muchas de las reglas y los conceptos restrictivos del medio; uno de los más relevantes era que la fotografía artística solo podía serlo si estaba realizada en blanco y negro.

William Eggleston. El misterio de lo cotidiano constituye una de las más amplias exposiciones que hasta la fecha se han presentado en España sobre el autor. Organizada cronológicamente, aborda gran parte de su trayectoria, desde sus primeras imágenes en blanco y negro hasta las que desarrolló en color a partir de 1965, e incluye su último trabajo, The Outlands. Durante sus años universitarios, Eggleston descubrió la obra de Henri Cartier- Bresson y Walker Evans, que, según sus propias palabras, le abrieron los ojos a la posibilidad de una fotografía realizada con mayor libertad. El «instante decisivo» de Cartier-Bresson le hizo comprender que se podían condensar movimientos y escenas complejas en una única imagen partiendo de motivos prosaicos y cotidianos.

Del trabajo de Evans, le interesaron no solo los temas, también los encuadres frontales, simples y equilibrados, no exentos de elegancia. En aquella época, el autor tuvo asimismo la oportunidad de conocer la pintura de los expresionistas abstractos, que, además de revelarle las capacidades del color en su trabajo, también le ofreció cualidades pictóricas a sus fotografías.

A partir de 1965, Eggleston se sumergió en un universo extraño y familiar al mismo tiempo que exploraba la cotidianeidad de las pequeñas ciudades del sur de Estados Unidos. Fotografiaba todo lo que se ponía ante sus ojos: tiendas de comestibles, bares, escritorios de oficinas, supermercados, estaciones de servicio, retratos de su familia y de amigos, etc.

La mecanización del campo y la acelerada industrialización del automóvil abarataron en la década de 1960 los costes de los vehículos, de modo que las familias comenzaron a poder disponer de más de un automóvil. Las tiendas de barrio empezaron a ser sustituidas por los grandes centros comerciales, conocidos como malls, que dieron inicio a una vida social que antes se había reservado a las plazas de los centros de las ciudades. En los malls, ubicados en los suburbios, se podía encontrar cualquier cosa en un único espacio, desde restaurantes hasta tiendas y cines, y todo ello acompañado de mucho color, luces y brillo. Un nuevo mundo de consumo que Eggleston no tardó en capturar.

23/11/2023
19:00 — 21:00 (2h)

30. 08005 Barcelona., KBr FUNDACIÓ MAPFRE Av. Litoral

Vocalia de Cultura / Francesc Soldevila